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Tomer Hemed, uno de los últimos héroes del mallorquinismo.
El fútbol es ese maravilloso deporte convertido en negocio en el que las instituciones van por encima de las personas y los resultados por encima de la identidad. Alguien me decía hace no mucho tiempo que los sentimientos poco tienen que ver ya en los que mandan, como por ejemplo presidentes, dirigentes de los organismos y plataformas televisivas.
Actualmente incluso una parte de las aficiones se ha vuelto también resultadista y se apunta a aquellos equipos que ganan obviando absolutamente la esencia del deporte.
Pero, para aquellos que se autodenominan románticos del deporte, hay momentos que se quedan grabados en la memoria y que no hacen sino reafirmar sus sentimientos de querencia hacia el deporte como multiplicidad de valores e identidad personal.
Momentos y personas en realidad. Deportistas que son capaces de desafiar al negocio y que consiguen trascender como héroes sobre una atmósfera enrarecida por el lubricante universal, el dinero.
El artículo de hoy está dedicado a uno de esos héroes. El israelí Tomer Hemed.